Se desconoce el año de fundación de nuestra filà y según la tradición de nuestros mayores se fundó al tiempo que se iniciaron nuestras fiestas de Moros y Cristianos en honor a san Jorge, junto con la comparsa de Cristianos. Por ello son las primeras, respectivamente, de los bandos moro y cristiano.
ORÍGENES DE LA FIESTA EN BANYERES DE MARIOLA
Tanto el Archivo Municipal como el Parroquial de Banyeres de Mariola, han sufrido los avatares del paso del tiempo y sobre todo de las guerras, haciendo imposible el fijar, con precisión, los orígenes de la misma.
Siguiendo la teoría mayormente aceptada, las actuales fiestas derivan de la soldadesca.
La soldadesca de nuestro pueblo tomó parte, entre otras ocasiones, en la Guerra de Sucesión, en el bando del futuro rey Felipe V, sabiéndose que llevaban en su bandera “pintado el Glorioso San Jorge”.
Entre los privilegios concedidos por el rey Felipe V a nuestra villa por su fidelidad, destaca, en el tema de las fiestas, el de fecha 27 de mayo de 1708. Por este privilegio, Banyeres de Mariola continuaría celebrando sus fiestas sin ninguna cortapisa en el tema de los disparos de arcabucería.
En el Archivo Histórico Nacional, se conserva una relación de gastos de fiestas de nuestro pueblo del año 1747, en la que aparece la de san Jorge.
En 1771 el rey Carlos III publicó la “Real Pragmática”, por la que se prohibían los disparos de arcabucería. El 14 de marzo de 1786 las autoridades banyerenses elevan un escrito al Gobierno solicitando el levantamiento de la citada Pragmática, consiguiéndolo el 29 de mayo de 1786, siendo el segundo pueblo que lo logró, después de Alcoi, con apenas un año de diferencia.
El 7 de septiembre de 1780, llegó a Banyeres de Mariola una reliquia de nuestro patrón, dando origen a la fiesta de la Reliquia.
El primer cronista de nuestras fiestas fue el botánico valenciano Antonio José de Cavanilles, el 23 de abril de 1792, lunes, se encontraba en nuestro pueblo, dejando constancia en su “Cuaderno de excursiones” de nuestras fiestas de Moros y Cristianos: “Apenas salimos del pinar se ve ya el castillo y pueblo de Bañeres construido en lo alto de un montecito, y en la cumbre de ese el castillo, sus calles en cuesta, y todo cubierto al oriente por el cabezo de un monte, que ya se reputa ramal o primer escalón para la Mariola. Hacían los de Bañeres en ese día la fiesta de San Jorge, la que continuaron en el siguiente con grande estruendo de tiros y ataques, representando la toma del castillo por los moros y la represa que después hicieron los cristianos”.
En pocas palabras nos dice Cavanilles toda la esencia de las fiestas de Moros y Cristianos, llega el día de san Jorge, se está celebrando la fiesta religiosa, y al día siguiente tiene lugar la guerrilla con la toma del castillo por un bando y la reconquista por el otro “con gran estruendo de tiros y ataques”, tenemos los dos bandos el “moro” y el “cristiano” y uso de la pólvora, y aunque no lo dice, se entiende que habría embajadas, “representando la toma del castillo”, citando otro elemento importante de las fiestas “el castillo”.
En 1805 reinando Carlos IV, se reitera la publicación de la Pragmática de su padre y ante la duda de sí era válido el permiso conseguido por Banyeres en 1786, se pide y consigue, el 3 de agosto de 1807, la confirmación de la licencia que ya tenía nuestra villa.
Es de notar como en 1792, Antonio José de Cavanilles ya habla claramente de “moros y cristianos”, y sin embargo veinticinco años después, en 1807, en el papeleo oficial aún se dice “soldadesca”, por ello, para Banyeres es muy difícil el precisar cuando se cambió de una denominación a la otra. Puede que el pueblo las llamara de moros y cristianos y en lenguaje oficial continuaran con soldadesca.
Las fiestas de Moros y Cristianos de Banyeres de Mariola son de las más antiguas y lo que es más importante, no eran fiestas que se hacían debido a un acontecimiento singular, pasando un tiempo sin que volvieran a celebrarse, sino que tenían lugar todos los años, en las mismas fechas, en honor del patrón.
FILÀ DE MOROS VELLS
Como se ha indicado antes, el origen de nuestra filà está unido al de las fiestas banyerenses, nos falta también la documentación, solo tenemos la estirpe de algunas familias que se remontan a los tatarabuelos o más perteneciendo “als moros vells”, conservando alguna pieza festera.
Se sabe que en 1876 fue capitán de nuestra filà Francisco Francés Molina.
El libro de actas y el reglamento de nuestra filà más antiguo que se conservan son del año 1925.
El embajador moro tiene que ser miembro de ella. Además de las embajadas, el último día de fiestas recita a la puerta de la ermita de Santa María Magdalena, la Conversión del Moro al Cristianismo, llamado también Despojo o Relación a San José, así aparece en el manuscrito de las embajadas de 1902.
Las actuales embajadas son del poeta y médico de Beneixama Juan Bautista Pastor Aicart, quien las compuso para Banyeres a finales del siglo XIX. En el acta del pleno de nuestro Ayuntamiento de 29 de marzo de 1869, figura que ese año se estrenan nuevas embajadas, por lo que las actuales son las terceras como mínimo.
No se conoce ningún cambio en la indumentaria festera de nuestra filà, sí ha cambiado, como es lógico, la calidad de algunas prendas, antes se calzaban alpargatas y ahora zapatos.
El himno de la misma es el pasodoble “Manta a Cuadros”, estrenado en 1968, siendo el autor de la letra el moro vell Ricardo Rodríguez Bernabeu y de la música Godofredo Garrigues Perucho, director entonces de la banda de música de Banyeres.
Una de nuestras peculiaridades es el “Ball Moro”, el que se baila actualmente es de finales del siglo XIX. El músico alcoyano Amado Blanquer opinó: “ es una música amena, desenfadada, jocosa y muy apropiada para la fiesta”. Del anterior “ball” apenas se sabe que aparte de los festeros mayores participaba también un niño festero.
Además de la música de banda, continúa con la tradición del “tabalet i la dolçaina” instrumentos populares que serían los primeros que acompañarían a nuestras fiestas.
La escuadra oficial o de gastadores, desfila siempre a ritmo de pasodoble, pues al ser éste más antiguo que la marcha mora, ha conservado la tradición.
Es la filà más numerosa de Banyeres de Mariola.